"ECOS DE UNA SECTA"
En la madrugada del 9 de agosto de 1969, un empleado de hogar se dirigió a la mansión que Sharon Tate compartía con Roman Polanski en Beverly Hills. Al cruzar el umbral, lo que esperaba era la calma habitual de una residencia elegante bajo el manto nocturno...pero se encontró con un horror insondable: cinco cuerpos inmóviles, fríos, distribuidos en habitaciones y pasillos. Entre las siluetas, se reconocía a Sharon Tate, de apenas 26 años y embarazada de ocho meses. En diferentes instancias de la mansión, cuatro personas más, víctimas de la violencia desatada de un ritual que parecía escrito por la mano del mal.
La policía penetró en la mansión tras el portón, y el golpe de la puerta resonó en un silencio absoluto. El lugar estaba completamente a oscuras; los cables telefónicos y eléctricos, cortados con deliberada precisión, habían sumido la residencia en la penumbra. No había llamadas posibles, nadie podía pedir auxilio. En la puerta principal, una palabra "PIG", escrita con la sangre de una víctima.
Al día siguiente, Los Ángeles despertó con una noticia que heló la sangre de sus habitantes: había ocurrido un segundo asesinato, esta vez en la casa de Leno y Rosemary LaBianca. El matrimonio había sido atado y amordazado y tenían bolsas en la cabeza. Leno recibió doce puñaladas, y en su abdomen los asesinos grabaron la palabra "WAR". En el dormitorio, RoseMary fue apuñalada más de cuarenta veces. El terror no se limitó al acto. En un gesto sangriento, los asesinos utilizaron la sangre de sus víctimas para dejar tres mensajes en las paredes del salón
- "RISE"
- "DEATH TO PIGS"
- "HEALTER SKELTER"
Estos símbolos en sangre formaban parte del mismo guion ritual que había comenzado la noche anterior en la mansión de Polanski.
Meses después de las atroces matanzas, la policía detuvo a un grupo de jóvenes -entre ellos una enigmática Susan Atkins- por robos menores. Lo que parecía un caso insignificante pronto se convirtió en un quiebre revelador de algo mucho más oscuro. En la celda Atkins comenzo a relatar a sus compañeras de prisión detalles terribles: los crímenes de las mansión Polanski y los LaBianca, un relato cargado de confesiones y sangre. Fue en ese momento, cuando confirmó su participación en asesinatos rituales y las autoridades, atando unos hilos, obtuvieron la conexión con "La Familia Manson": un culto siniestro que estaba detrás de todo. Susan había roto el pacto de silencio y encendió la mecha que desvelo la verdad.
Pero, ¿quién era Charles Milles Manson?. Conocido como Charlie, nacido en Cincinnati, Ohio, hijo de una prostituta, pasó una infancia sin padre y con numerosos internamientos por pequeños delitos hasta que obtuvo la libertad condicional en 1958.
Atraído por lo oscuro, en prisión se adentró en el esoterismo y la doctrina criminal. Pero, ya libre, se trasladó a San Francisco, adentrándose en una comuna hippie. Sexo, orgías, drogas, Manson tenía unas doce chicas que convivían con él, mantenía relaciones con todas, afirmaban que: desprendía un magnetismo que hacía que todos lo escucharan y lo vieran como un gurú. Repartía LSD en meditaciones nocturnas. Su presencia era hipnótica, predicaba plenitud y destrucción, libertad y control. Allí su carisma le permitió crear una secta propia: La Familia Manson -una cédula de fanáticos guiados por una visión apocalíptica-.
Manson y su círculo de seguidores acudían con frecuencia a la clínica Haight-Ashbury, no sólo por motivos de salud, sino también por cumplir con reuniones de Charlie con su oficial de libertad condicional, Roger. En este entorno clínico se realizaban investigaciones financiadas posiblemente por la CIA, con el objetivo de evaluar los efectos del LSD y otras drogas sobre la contracultura. Del mismo modo, se especulaba con la posibilidad de que allí trabajara un científico, experto en hipnosis y lavado de cerebro, que utilizada dicha clínica para reclutar individuos que, aparentando ser hippies, se introducían en la comunidad y captaban jóvenes para realizarles estudios con LSD. Lo denominaban -Laboratorio disfrazado de alojamiento para hippies-.
Todo esto parecían hilos invisibles que se entrelazaban con un experimento secreto llamado MK-ULTRA, activo desde 1953 hasta comienzo de los años 70, centrado en el control mental mediante LSD, hipnosis, tortura y técnicas extremas para borrar voluntades. Lo que era verdaderamente escalofriante son los documentos rescatados que describen en detalle como implantar falsos recuerdos, desencadenar trastornos mentales o inducir estados de trance a través de drogas. Es más, se llegó a identificar a uno de los científicos implicados durante más de quince años en dicho proyecto como aquél que trabajaba en la clínica Haight-Ashbury, donde, tal vez, pudo conocer a Charlie y su círculo.
"Quizá Charles Manson no fue solo un predicador psicótico, sino la manifestación oscura del experimento perfecto: una persona capaz de ordenar asesinatos, sin culpa ni recuerdo, de manera absolutamente manipulada. En otras palabras, quizá fue lo que la CIA ansiaba crear, un asesino programado, al mando remoto de fuerzas invisibles".
Sin embargo, la explicación que ha perdurado en el tiempo es que Manson, quien entonces tenía 34 años, quería iniciar una guerra racial en Estados Unidos. Obsesionado con el White Album de los Beatles, se dice que quería desencadenar una situación de caos y descontrol de la que él saliera victorioso: el HEALTER SKELTER, nombre de una de las canciones de ese disco del grupo británico.
Causar el pánico en la población sólo era el primer objetivo de los asesinatos de Tate y LaBianca. Se cuenta que ordenó a sus seguidores ir a la casa de Beverly Hills, matar a todos los allí presentes y dejar pruebas falsas que incriminaran a miembros de los Panteras Negras -un grupo de activistas que luchaba por los derechos de los afroamericanos-. La idea de realizar un segundo asesinato en apenas 24 horas después era extender el pánico en la ciudad de las estrellas.
Finalmente, en la penumbra del desierto californiano, la noche del 12 de octubre de 1969, fuerzas combinadas de agentes federales, guardabosques y la policía local irrumpieron en el rancho Barker, descubriendo vehículos robados y documentos que llevarían a algo mucho más oscuro. Allí, escondido bajo el lavabo, fue arrestado Charles Manson. En enero de 1971, un jurado declaro culpables a Manson y tres de sus seguidoras por los asesinatos de la mansión Polanski y el matrimonio LaBianca. Su sentencia: la pena de muerte.
Sin embargo, al año siguiente se abolió la pena capital y su condena se transformó en cadena perpetua.
El telón final cayó el 18 de noviembre de 2017, cuando en un hospital, a los 83 años de edad, Manson murió de un paro cardiaco, con insuficiencia respiratoria y un cáncer de colon metastásico.
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