"EL NIÑO DE SOMOSIERRA"
El 25 de junio de 1986, la niebla cubría el puerto de Somosierra. Desde lejos, los camiones que lo atravesaban parecían fantasmas pesados arrastrándose entre montañas de silencio. Aquel día, uno de ellos, cargado con 20.000 litros de ácido sulfúrico, descendía la carretera a una velocidad que no era normal. Dentro una familia natural de Murcia, un matrimonio junto a su hijo, Juan Pedro, un niño de 10 años.
El padre de Juan Pedro, trabajaba como transportista, y acababa de comprarse un camión cisterna que le había costado muchas pesetas. El día de la desaparición, tenía que transportar el ácido hasta Bilbao, y su mujer y su hijo, al que le hacía muchísima ilusión visitar el País Vasco, decidieron acompañarle.
Comenzaron el viaje con normalidad, hacen la primera parada para desayunar. Continúan el viaje haciendo las paradas reglamentarias. Paran para almorzar en un área de servicio, tal y como testificaron los camareros de dicho área, y fue en ese momento que los vieron subiendo al camión cuando se les vio por última vez.
Durante el trayecto, en el tramo del Puerto de Somosierra, tuvieron un accidente. El camión volcó tras una secuencia inexplicable de frenazos y aceleraciones en menos de media hora, colisionando con varios vehículos antes de estrellarse y derramar su corrosiva carga sobre el asfalto. El ácido se llevó muchas cosas. Entre los restos calcinados y los gritos de los testigos, algo no cuadraba. El niño no estaba. Ni rastro de su cuerpo, ni entre los restos, ni cerca del camión, ni en los vehículos alcanzados por el ácido. Solo un silencio extraño que envolvía la escena, como si el lugar estuviera guardando un secreto.
Lo siguiente que se analizó fue el tacómetro del camión, éste indicaba que en un tramo de 13 kilómetros había realizado un total de 12 paradas, todas cortas, la más larga de 30 segundos y alcanzó una velocidades muy altas en zonas de cuesta. Esto llevó a la teoría de "una supuesta implicación con el narcotráfico, puede que le obligaran a transportar droga y en algún punto de camino alguien se llevara a su hijo como garantía; puede que lo secuestraran y por eso realizaron esos cambios tan bruscos de velocidad; puede que alguien los persiguiera o ellos persiguieran a quién se había llevado al niño…".
Testigos que presenciaron el accidente afirmaron haber visto una furgoneta Nissan blanca de la salieron un hombre y una mujer de apariencia extranjera, vestidos con batas blancas, que recogieron una especie de bulto del camión y lo introdujeron en la furgoneta. Una de las hipótesis podría ser que ese bulto fuera Juan Pedro Martínez.
Nunca quedó acreditado ni que en el camión se transportaba droga ni que lograron localizar ni la furgoneta blanca ni a las personas que iban en ella. Algunos informes fueron modificados. Algunos testigos dejaron de hablar. Otros desaparecieron...
El tiempo pasó. Pero en Somosierra, cuando la niebla baja espesa y los faros se ahogan en lo blanco, hay camioneros que aseguran haber visto algo. Una figura pequeña al borde de la carretera, empapada y muda, que mira a los vehículos como esperando que alguien se detenga. Nadie lo hace. Porque todos los que han parado dicen que, al abrir la puerta... ya no hay nadie.
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